Para los más pequeños (3-8 años)

Es recomendado exponer a los niños a la música desde edades tempranas para desarrollar sus habilidades rítmicas y, además, pasar un buen rato con ellos. 

De esta manera, es importante que estas canciones sean aptas para su edad, incluyendo onomatopeyas y repeticiones que faciliten su memorización y ayudarles a que den palmas al ritmo o bailando con ellos.

Si la lengua materna es otra que el español, la música en este idioma puede servirle como una primera toma de contacto con la lengua de Cervantes y aprender el vocabulario básico en esta lengua centrándonos en el contenido de las canciones.  Normalmente, solemos tener un primer acercamiento a una segunda lengua mediante el aprendizaje de los animales, colores, números u objetos cotidianos.

A continuación os propongo una serie de vídeos con música que podría gustar a los peques con diferentes temáticas y una actividad para aprovechar el valor didáctico de cada recurso:

• Animales:

Actividad: Utilizando como material tarjetas con la imagen de cada animal que aparece en la canción, repartir una a cada alumno o pareja (dependiendo de la cantidad de alumnos que haya). Posteriormente, se reproduce la canción y cuando salga el animal que tiene el alumno se pone en pie e intenta pronunciar el nombre del animal al ritmo de la canción. Esta actividad se puede repetir tantas veces como sea necesaria mientras se van repartiendo las tarjetas de manera aleatoria. 

• Colores: 

Actividad: el profesor cuelga un dibujo con la mancha de cada color en las paredes del aula. A continuación, el profesor inicia la canción, de manera que cuando la música nombra un color tienen que ir directamente a tocar el póster y repetir el color en voz alta. En caso que no sea posible por la disposición del aula, podemos invitar a los niños a levantar el lápiz de cada color.

• Números:

Actividad:  Tras escuchar la canción una vez, se vuelve a reproducir. Como esta canción es bastante repetitiva, el profesor puede silenciar las estrofas que se vuelven a decir, de manera que son los propios niños quienes tienen que intentar recordar el nombre de los números para completar la canción sin silencios entre medias.